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Procesadores láser: una revolución tecnológica que quedó en el olvido 🤔

Imagen: Freepik

Hace más de una década, varias compañías e instituciones se propusieron crear una nueva generación de procesadores que usaran láseres en lugar de cables de cobre para transmitir datos. Esta idea prometía aumentar la velocidad y el rendimiento de los chips de forma exponencial, pero también presentaba enormes desafíos técnicos y de fabricación. ¿Qué pasó con este proyecto tan ambicioso y por qué no llegó a concretarse?

El problema de los cables de cobre 🔌

Los procesadores actuales se comunican entre sí y con otros componentes mediante señales eléctricas que viajan por cables de cobre. Estos cables tienen un límite físico de ancho de banda, es decir, la cantidad de información que pueden transportar por unidad de tiempo. A medida que los chips se hacen más pequeños y más potentes, se necesita más ancho de banda para aprovechar todo su potencial. Sin embargo, agregar más cables de cobre implica más espacio, más calor y más consumo de energía. Además, las señales eléctricas se degradan y pierden fuerza a medida que recorren distancias más largas.

La solución de los láseres 💡

Una forma de superar estas limitaciones es reemplazar los cables de cobre por canales de luz llamados guías de onda, que pueden transmitir datos usando pulsos de láser. Los láseres tienen varias ventajas sobre las señales eléctricas: pueden viajar más rápido, más lejos y con menos pérdida de calidad. Además, pueden usar diferentes longitudes de onda para enviar múltiples señales por el mismo canal, aumentando así el ancho de banda. Con esta tecnología, se podrían crear procesadores que fueran miles de veces más rápidos que los actuales, abriendo las puertas a nuevas aplicaciones y avances científicos.

El desafío de la fabricación 🏭

Sin embargo, crear procesadores láser no es una tarea sencilla. Requiere una precisión milimétrica para alinear los chips y las guías de onda, y evitar que la luz se escape o se refleje. También implica integrar materiales y componentes que normalmente no se usan en los chips convencionales, como láseres, detectores, moduladores y multiplexores. Estos elementos aumentan la complejidad y el costo de la producción, y pueden generar problemas de compatibilidad e interferencia.

El resultado del proyecto 📉

En 2008, Sun Microsystems anunció que, en colaboración con Luxtera, Kotura y la Universidad de Stanford, estaba trabajando en un proyecto financiado por el Pentágono para desarrollar procesadores láser. El proyecto se llamaba macrochip y tenía como objetivo mejorar la comunicación entre chips y entre dispositivos. Sun afirmó que su tecnología estaba muy cerca de ser comercializada y que su socio Luxtera ya tenía prototipos casi listos. Sin embargo, el proyecto no logró cumplir con sus expectativas y se fue diluyendo con el tiempo. Sun fue adquirida por Oracle en 2010 y dejó de invertir en el desarrollo de procesadores láser. Luxtera y Kotura fueron compradas por Cisco y Mellanox, respectivamente, y se enfocaron en el mercado de las comunicaciones ópticas. Hoy en día, los procesadores láser siguen siendo una tecnología experimental y marginal, que no ha podido competir con los avances de los procesadores convencionales.

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Conclusión

Los procesadores láser fueron una idea revolucionaria que prometía cambiar el mundo de la informática, pero que se quedó en el camino por las dificultades técnicas y económicas que implicaba. Aunque algunos investigadores y empresas siguen trabajando en esta área, parece que los procesadores láser no llegarán a ser una realidad comercial en el corto o mediano plazo. Quizás en el futuro, cuando los procesadores convencionales lleguen a su límite, los láseres vuelvan a brillar con luz propia. O tal vez no, y se conviertan en una de esas tecnologías que nunca despegaron. 😅

Referencia: Sun Researching Super Fast Laser Processors (tomshardware.com)

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