En el año 2011, se intentó aprobar en Argentina un impuesto que afectaría a todos los usuarios de productos electrónicos o insumos que pudieran copiar contenido protegido. Este impuesto se llamó “canon digital” y generó una gran polémica entre los consumidores, las empresas y las entidades de gestión de derechos de autor. ¿Qué fue lo que pasó y cómo nos impactó? Te lo cuento en este artículo.
¿Qué era el canon digital y cómo se aplicaría? 🔎
El canon digital era un impuesto que se cobraría sobre el precio de venta al público de una serie de dispositivos y soportes que se consideraban idóneos para la reproducción o almacenamiento de videogramas y fonogramas. La excusa era compensar a los autores por las posibles copias privadas que se hicieran de sus obras, sin tener en cuenta si esas copias eran legales o no, o si los usuarios ya habían pagado por el acceso a esos contenidos.
La tabla del impuesto que se propuso era la siguiente:
- Grabadora de discos compactos y/o versátiles y/o Blu-ray (CD/DVD/Blu-ray): 10%
- Discos compactos y/o versátiles y/o Blu-ray, regrabables o no regrabables (CDR/CDRW/DVR/DVDRW/Blu-ray): 75%
- Memorias USB y otras tarjetas de memoria no integradas en otros dispositivos: 5%
- Discos duros integrados o no en un equipo, idóneos para la reproducción o almacenamiento de videogramas y fonogramas: 10%
- Equipos decodificadores de señales de televisión, idóneos para la reproducción o almacenamiento de videogramas y fonogramas: 10%
- Dispositivos reproductores de fonogramas, videogramas o de otros contenidos sonoros, visuales o audiovisuales en formato comprimido: 10%
- Teléfonos móviles con funcionalidad de reproducción de fonogramas en formato comprimido: 1%
El canon digital se repartiría entre las entidades de gestión de derechos de autor. Estas entidades eran las siguientes:
- Sociedad Argentina de Autores y Compositores de Música (SADAIC)
- Sociedad General de Autores de la Argentina (ARGENTORES)
- Asociación Argentina de Intérpretes (AADI)
- Sociedad Argentina de Gestión de Actores Intérpretes (SAGAI)
- Cámara Argentina de Productores de Fonogramas y Videogramas (CAPIF)
- Directores Argentinos Cinematográficos (DAC)
¿Qué consecuencias tendría el canon digital? 🚫
El canon digital fue ampliamente rechazado por diversos sectores de la sociedad, que lo consideraron injusto, arbitrario y perjudicial para el acceso a la cultura y la tecnología. Algunos de los argumentos en contra del canon digital fueron los siguientes:
- Encarecería los productos electrónicos y los insumos, lo que afectaría especialmente a los sectores más vulnerables y a los emprendedores que dependen de estos recursos para su trabajo o educación.
- Supondría una doble imposición, ya que los usuarios pagarían dos veces por el mismo contenido: una al comprarlo o acceder a él legalmente, y otra al adquirir el soporte o dispositivo para reproducirlo o almacenarlo.
- Violaría el principio de presunción de inocencia, ya que se asumiría que todos los usuarios hacen copias ilegales de las obras protegidas, sin tener en cuenta el uso que le dan a sus dispositivos o soportes, o si tienen autorización de los autores para hacer esas copias.
- Sería difícil de controlar y fiscalizar, ya que no habría una forma de verificar si los dispositivos o soportes se usan para copiar contenido protegido o no, o si las entidades de gestión de derechos de autor distribuyen correctamente el dinero recaudado entre los autores.
- Desincentivaría la innovación y el desarrollo tecnológico, ya que se gravaría a los productos más avanzados y eficientes, y se favorecería a los más obsoletos y contaminantes.
- Iría en contra de la tendencia mundial de fomentar el acceso a la cultura y la información, y de promover modelos de negocio más acordes con la realidad digital, como las plataformas de streaming, las licencias libres o el dominio público.
¿Qué pasó con el canon digital? 🙌
El canon digital fue presentado en el Senado en junio de 2011, pero nunca llegó a ser tratado ni aprobado. La presión social y el rechazo de diversos actores políticos, económicos y culturales hicieron que el proyecto fuera suspendido y archivado. Además, la Fundación Vía Libre, presentó una carta a los senadores explicando los motivos por los que el canon digital era inconstitucional, ilegal e innecesario.
Desde entonces, el canon digital no ha vuelto a ser propuesto ni debatido en Argentina, y se ha convertido en un tema del pasado. Sin embargo, es importante estar atentos ante cualquier intento de imponer un impuesto que limite nuestro derecho a la cultura, la educación y la tecnología.
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Conclusión
El canon digital fue un impuesto que se quiso aplicar en Argentina sobre los productos electrónicos y los insumos que pudieran copiar contenido protegido. Su objetivo era compensar a los autores por las posibles copias privadas, pero era una medida injusta, arbitraria y perjudicial para la sociedad en general. El canon digital fue rechazado y suspendido en 2011, y desde entonces no ha vuelto a ser planteado. Por suerte, los argentinos nos salvamos de pagar un impuesto que nos hubiera salido caro, y no solo en plata.