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Cómo es la Ley de Acceso a la Información Pública 📜

Imagen: Freepik

En el año 2016, después de 15 años de demoras injustificables, nuestro país logró contar con una ley que obligaba a los tres poderes del Estado, al Ministerio Público, a partidos políticos y a gremios, universidades y empresas que recibieran aportes públicos a dar la información que les requería cualquier ciudadano y en un plazo acotado. Esta ley fue un gran avance para la transparencia y el control de la gestión pública, pero también tuvo sus limitaciones y desafíos.

El contexto histórico de la ley 🗓️

La ley de acceso a la información pública fue sancionada por Diputados el 14 de septiembre de 2016, con 182 votos positivos y 16 negativos. Los votos negativos provenían de los bloques de izquierda, del socialismo y de Libres del Sur. La ley fue publicada en el Boletín Oficial el 29 de septiembre de 2016, con el número 27275.

Se gestó luego de la asunción del presidente Mauricio Macri en diciembre de 2015, que prometió transparencia y modernización del Estado. También respondía a una demanda social y de organizaciones de la sociedad civil, que venían reclamando desde hacía años una norma que regulara el derecho de los ciudadanos a conocer la información pública.

Se basaba en el principio de que la información pública es un derecho humano, reconocido por la Constitución Nacional y por tratados internacionales. La ley también se inspiraba en las mejores prácticas internacionales y en los estándares de la ONU y de la OEA.

Los principales puntos de la ley 📌

La ley de acceso a la información pública establecía los siguientes puntos:

Las limitaciones y desafíos de la ley 🚧

La ley de acceso a la información pública fue un gran paso para la transparencia y el control de la gestión pública, pero también tiene limitaciones y desafíos. Algunos de ellos fueron:

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Conclusión

La ley de acceso a la información pública fue una conquista histórica para conocer mejor cómo se administran los recursos públicos. También fue una herramienta para mejorar la calidad de las políticas públicas, para prevenir y combatir la corrupción y para fortalecer la participación ciudadana.

Sin embargo, no fue una varita mágica que solucionó todos los problemas de transparencia y rendición de cuentas. La ley requiere de una implementación efectiva, de una voluntad política genuina y de una ciudadanía activa y comprometida. Fue un gran paso, pero apenas el primero de un largo camino que debemos recorrer.

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