El 10 de diciembre de 1993, el mundo de los videojuegos se sacudió con el lanzamiento de Doom, un juego de disparos en primera persona (FPS) creado por un grupo de jóvenes programadores liderados por John Carmack y John Romero. El juego ponía al jugador en la piel de un marine espacial que debía luchar contra demonios y zombis en escenarios de Marte y el infierno, con una jugabilidad frenética, unos gráficos revolucionarios y una banda sonora metalera. Doom se convirtió en un fenómeno cultural que marcó un antes y un después en el género de los FPS y que influyó en generaciones de desarrolladores y jugadores a lo largo de sus 30 años.