En el año 2006, Nintendo lanzó al mercado una consola que cambiaría para siempre la forma de jugar: la Wii. Esta consola se caracterizaba por su innovador sistema de control por movimiento, que permitía a los usuarios interactuar con los juegos de una manera más natural y divertida. La Wii fue un éxito rotundo, tanto entre los jugadores habituales como entre los noveles, y se convirtió en la consola más vendida de su generación.