Uber es una empresa que ofrece un servicio de transporte a través de una aplicación móvil. Conecta a usuarios que necesitan viajar con conductores que tienen sus propios vehículos. Pero su llegada a la Argentina generó polémica y enfrentamientos con el sector de los taxis, que lo acusa de competencia desleal e ilegal. ¿Qué dice la Justicia sobre Uber? ¿Qué regulaciones existen para este tipo de servicios? ¿Qué pasa en otras ciudades del mundo? En este artículo te lo cuento.
¿Qué es Uber y cómo funciona? 📱
Uber es una empresa de tecnología fundada en 2009 en Estados Unidos. Su principal producto es una plataforma digital que permite a los usuarios solicitar un viaje desde su celular, indicando el origen y el destino. La aplicación muestra el precio estimado, el tiempo de espera y los datos del conductor y del vehículo. El pago se realiza a través de la app, con tarjeta de crédito o efectivo.
Uber no es la única empresa que ofrece este servicio. Hay otras similares, como Cabify, Beat o Didi, que también operan en distintos países. Estas empresas se enmarcan en lo que se conoce como “economía colaborativa”, que se basa en el intercambio de bienes y servicios entre particulares, aprovechando los recursos ociosos.
Los conductores que trabajan con Uber son “socios” de la empresa, no empleados. Esto significa que no tienen un vínculo laboral formal, ni reciben un salario fijo, ni tienen beneficios sociales. Uber les cobra una comisión por cada viaje que realizan, que varía según el país y la ciudad. Los conductores deben cumplir con ciertos requisitos para registrarse en la plataforma, como tener un vehículo en buen estado, un seguro, una licencia de conducir y un certificado de antecedentes penales.
¿Qué problemas legales tiene Uber en la Argentina? ⚖️
Uber comenzó a operar en la Argentina en abril de 2016, en la Ciudad de Buenos Aires. Desde entonces, enfrenta una fuerte resistencia por parte del sindicato de taxistas, que lo considera una competencia desleal e ilegal. Los taxistas argumentan que Uber no cumple con las normas que regulan el transporte público de pasajeros, como tener una licencia habilitante, pagar impuestos y someterse a controles de seguridad y calidad.
Uber, por su parte, sostiene que su actividad es legal y que no es un servicio público, sino privado, entre particulares. Se basa en el artículo 1280 del Código Civil y Comercial de la Nación, que regula los contratos de transporte. Según Uber, la empresa solo provee una tecnología que conecta a usuarios y conductores, y no tiene responsabilidad sobre el servicio que estos últimos brindan.
La Justicia ha intervenido en varios casos relacionados con Uber, con fallos contradictorios y recursos pendientes.
Mientras tanto, la Secretaría de Transporte de la Ciudad continúa realizando operativos de control y sanción a los conductores de Uber, por considerar que realizan transporte ilegal. Les retiene el vehículo y les aplica multas de hasta $130 mil, según lo previsto en la Ley 2.148. Uber, en cambio, les ofrece asesoramiento legal y asistencia económica a los conductores afectados.
¿Qué regulaciones existen para Uber en otras ciudades? 🌎
Uber opera en más de 700 ciudades de 70 países, con distintos grados de aceptación y regulación. Algunas ciudades han prohibido o restringido su funcionamiento, mientras que otras han creado normas específicas para regularlo. Algunos ejemplos son:
- En San Pablo (Brasil), Uber está habilitado desde 2016.
- En Montevideo (Uruguay), Uber está habilitado desde 2018.
- En México DF (México), Uber está habilitado desde 2015.
- En Londres (Reino Unido), Uber está habilitado desde 2012, pero ha enfrentado varios problemas legales.
- En Seúl (Corea del Sur), Uber está prohibido desde 2015, por violar la ley de transporte. Solo se permite el servicio de Uber Black, que utiliza vehículos de lujo con licencia profesional.
- En París (Francia), Uber está habilitado desde 2011, pero ha sufrido varios conflictos y regulaciones.
👉 Uber es legal en Mendoza (Argentina)
¿Qué beneficios y desafíos plantea Uber? 🤔
Uber es una empresa que genera opiniones encontradas. Por un lado, ofrece beneficios para los usuarios y los conductores, como:
- Mayor comodidad y rapidez para solicitar un viaje desde el celular, sin necesidad de buscar un taxi o un transporte público.
- Mayor transparencia y seguridad en el precio, el tiempo de espera y los datos del conductor y del vehículo.
- Mayor flexibilidad y autonomía para los conductores, que pueden elegir cuándo y dónde trabajar, sin depender de una empresa o de una licencia.
- Mayor eficiencia y sustentabilidad en el uso de los recursos, al reducir el número de vehículos vacíos y las emisiones de gases contaminantes.
Por otro lado, plantea desafíos y riesgos para el sector del transporte, la economía y la sociedad, como:
- Menor protección y precarización para los conductores, que no tienen un vínculo laboral formal, ni reciben un salario fijo, ni tienen beneficios sociales, ni pueden sindicalizarse o reclamar sus derechos.
- Menor recaudación y evasión fiscal para el Estado, que pierde ingresos por impuestos y contribuciones que no paga la empresa ni los conductores, y que debe afrontar los costos de controlar y regular la actividad.
- Mayor competencia y pérdida de ingresos para los taxistas, que deben cumplir con normas más estrictas y costosas que Uber, y que ven reducida su demanda y su rentabilidad.
- Mayor inseguridad y conflictividad para los usuarios, los conductores y los taxistas, que pueden sufrir accidentes, robos, agresiones o represalias por parte de los sectores enfrentados.
Conclusión: Uber, ¿sí o no? 🙋♂️
Uber es una empresa que ha revolucionado el mercado del transporte en la Argentina y el mundo, ofreciendo una alternativa innovadora y conveniente para los usuarios y los conductores. Sin embargo, también ha generado controversia y resistencia por parte de los taxistas, que la consideran una competencia desleal e ilegal, y por parte del Estado, que la acusa de evadir impuestos y normas. La Justicia ha intervenido en varios casos, con fallos contradictorios y recursos pendientes.
La cuestión de Uber no es fácil de resolver, ya que implica intereses y derechos en juego de distintos actores. Lo ideal sería que se lograra un equilibrio entre la innovación y la regulación, que permitiera aprovechar los beneficios de Uber, sin perjudicar a los taxistas, ni al Estado, ni a la sociedad. Pero para eso, se necesita diálogo, consenso y voluntad política. Mientras tanto, cada uno tendrá que decidir si usa Uber o no, según su conveniencia y su conciencia. Y si no, siempre queda la opción de caminar, que es más barata, más saludable y más ecológica. 😜