La portabilidad numérica es la posibilidad de cambiar de operador de telefonía móvil o fija sin perder el número que tenés asignado. Es un derecho que tienen los usuarios de telecomunicaciones en muchos países del mundo, y que en Argentina se viene anunciando desde hace años y queda postergada. ¿Qué pasó con la portabilidad numérica en nuestro país? ¿Por qué se demoró tanto su implementación? ¿Qué beneficios traería para los consumidores? En este artículo te cuento todo lo que tenés que saber sobre este tema.
Un anuncio que generó expectativas 📣
La portabilidad numérica se concretaría en el año 2011, cuando se publicó en el Boletín Oficial la resolución que establecía su entrada en vigencia a partir del 28 de diciembre de ese año. La medida generó mucha expectativa entre los usuarios, que veían la posibilidad de elegir la empresa que más les convenía sin tener que cambiar el número que usaban desde hacía años.
La portabilidad numérica se aplicaría tanto para la telefonía móvil como para la fija, con la única condición de que no hubiera modificación del servicio ni cambio de domicilio. Además, el trámite sería gratuito y se realizaría en un plazo máximo de 10 días hábiles, con un corte de servicio de no más de 3 horas.
Una demora que frustró a los usuarios 😡
Sin embargo, la portabilidad numérica nunca se hizo efectiva en la fecha prevista. El motivo fue que hubo retrasos en las licitaciones para contratar a la empresa que se encargaría de administrar la base de datos de los números portados, que debían estar terminadas en marzo de 2011. Estos retrasos se prolongaron por varios meses, hasta que finalmente se adjudicó el contrato a la empresa Telcordia, subsidiaria de la estadounidense Ericsson, en agosto de 2011.
Pero eso no fue todo. Además de la demora, se modificaron algunas condiciones que habían sido dispuestas en la resolución original. Por ejemplo, se estableció que los usuarios podrían cambiar el número de compañía cuantas veces quisieran, pero solo la primera vez sería gratuito. A partir de la segunda vez, tendrían que pagar un costo que fijaría cada operadora. También se determinó que se debía tener un mínimo de 60 días de permanencia en cada empresa antes de hacer un nuevo cambio.
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